13 de Noviembre del 2022
por Benedictinos
Homilía 12 noviembre 2022 (convivio con hnos. Oblatos)
Queridos hijos e hijas en N.P. San Benito y el Señor Jesús:
Hoy celebramos la fraternidad benedictina entre monjes y oblatos ¿Qué significa que estemos aquí unidos en un mismo espíritu?
Déjenme traer el primer pasaje de san Gregorio cuando nos dice que san Benito dejó Roma con sus placeres para agradar sólo a Dios. Con este primer movimiento del corazón en Benito Dios nos muestra la esencia de ser benedictinos, y este es el mismo movimiento en ustedes y nosotros quienes llegamos aquí a este monasterio para agregar algo nuevo y bueno en nuestra vida. Jamás debemos olvidar que así comenzó nuestra historia benedictina.
Ustedes y nosotros en algún momento buscábamos algo diferente que diera luz a nuestra existencia. Y Jesucristo en su amor nos hizo conocer a S. Benito y su santa regla. Porque el Dios del cielo vio que era bueno que nosotros corrigiéramos nuestro andar en esta vida hacia las cosas eternas por medio de San Benito. Agradar solo a Dios es lo que define a un oblato y un monje. Agradar significa caminar con la gracia de nuestro amado Jesús, y así amar la vida. Significa no estar cómodos en el pecado y la injusticia. Significa no ser cómplice de lo pervertido en las redes sociales y no consentir lo que ofende a nuestra fe. San Benito nos dejó algo para el bien de nuestra alma, nos enseña cómo es agradar a Dios cumpliendo su Regla desde la honestidad de costumbres de nuestra vida, a como yo puedo vivirla en mi realidad familiar, de trabajo y de mi vida fraterna ¡Que siempre se puede más!
Agradar a Dios requiere siempre de renovarnos en el amor desde la Santa Misa porque uno nunca es experto en el amor a los demás ni a Dios, ni a nosotros mismos, por eso, necesitamos de la Santa Misa, del oficio divino de los salmos, de Nuestra Madre María, de San Benito. Para que nosotros día con día dejemos lo que es basura, lo que no sirve para llegar al cielo, para vencer los vicios del corazón y los gustos desordenados del placer.
Amar la Regla no es cosa del pasado, ni decir “ya lo sé”. Sino siempre -cada día- es una bendición conocerla para hacerse benedictino. Por eso es bueno tener presente un viejo adagio: Indocti discant et ament miminisse periti. Los que no saben aprendan, los que saben amen recordar.
Hoy estar juntos nos ayuda a verificar que la espiritualidad benedictina nunca es un camino que se hace solo. Estamos bendecidos por un hermano y hermana que camina con nosotros en el mismo rumbo hacia la casa del Padre del cielo, bajo el mismo sol de la caridad benedictina.
Queridos hijos e hijas oblatos cuando oren donde quiera que estén y van por ahí tristeando no olviden que en esta abadía siempre se eleva una oración por ti, y que somos tus hermanos que caminos junto contigo. Y cada monje no debe olvidar que en el mundo sin ser del mundo cuenta con una familia benedictina que le lleva en su pensamiento y en los dones que recibe de sus hermanos oblatos.
Cristo y San Benito nos han elegido para caminar juntos bajo la Regla del amor evangélico, eso es lo que nos hace familia. No es algo vulgar o mundano lo que nos hace ser benedictinos sino la santidad de Cristo en la vida y la regla de N.P. San Benito. Hoy nos reunimos para confirmarnos en esta la alianza, porque necesitamos siempre un abrazo y una sonrisa de fe que nos anime para seguir con la batalla de la vida. Gracias por estar aquí. Por ser mi hermano y mi hermana, gracias por creer en lo mismo que yo. Con razón dijo un sabio “La fraternidad de los hombres no puede tener más fundamento que la conciencia de la común paternidad de Dios”.
Gloria al Padre…
Abad Hildebrando OSB