Monasterio Benedictinos Cuernavaca

Discernimiento vocacional

El aspirante es un hombre que busca a Dios. Para iniciar su camino vocacional, entabla contacto con el director de vocaciones, quien le acompaña en el discernimiento por medio de su oración, entrevistas y visitas al monasterio para conocer a la comunidad.

"Cuando alguien se presenta por primera vez para abrazar la vida monástica, no se le admita con facilidad," RB LVIII

Aspirantado

El aspirante tiene contacto en sus visitas periódicas con el promotor de vocaciones y el maestro de postulantes. El director de vocaciones le proporcionará un cuestionario de información personal que deberá responder y entregar en las primeras visitas al monasterio.

Monasterio

 

Después de una o dos visitas, según el caso, si el director de vocaciones y el prior consideran que es un candidato viable, se procede a considerarlo formalmente como aspirante. En sus visitas al monasterio participa en la oración, las comidas y el trabajo de la comunidad. El prior y el promotor de vocaciones tendrán entrevistas con los aspirantes, a fin de ir descubriendo con ellos el desarrollo de su vocación.

Es muy aconsejable que durante el periodo de aspirantado antes de ingresar en el monasterio, el candidato asista a la Misa dominical sin falta, rece laudes y vísperas todos los días.

Al aspirante se le enseña a hacer lectio divina, para que la practique al menos una vez a la semana (a partir de un texto evangélico: leerlo, meditarlo y aplicarlo de manera personal y poner por escrito lo que a la luz del espíritu Dios le trata de decir, por ultimo hacer un pequeño compromiso). El director de vocaciones recibirá sus apuntes espirituales sobre la lectio para darle orientación y seguimiento. Una vez que ingresa en el monasterio, la practicará en el horario que la comunidad tiene establecido.

Además, se dedicará a la lectura de un libro que el promotor de vocaciones le ha asignado y lo comentará en la entrevista.

El promotor de vocaciones le comenta algunos detalles de las costumbres de la comunidad. Al finalizar la visita, el promotor de vocaciones dará un informe al Consejo de formación acerca del progreso de la vocación del aspirante.

Postulantado

"Y tengan cuidado en observar si de veras busca a Dios, si es solicito para la obra de Dios, la obediencia, las humillaciones". RB LVIII

Monasterio

El postulante es el hombre que guiado por el Espíritu de Dios, persevera llamando, porque quiere experimentar más de cerca la vida benedictina e ingresa para iniciarse en los valores monásticos y discernir su vocación.

Los principales objetivos de esta etapa son: conocer la vida benedictina en nuestro monasterio; aprender a vivir en la comunidad monástica; aprender y fomentar hábitos y costumbres que se practican en nuestra comunidad monástica; desarrollar valores y prácticas monásticas como la soledad, la oración, la dedicación al trabajo, la lectio divina, la lectura, el silencio, etcétera.

 Noviciado

El novicio recibe el hábito de la Orden. El hábito más que distinguirlo, lo une a una familia monástica, a una tradición, lo incorpora a las filas de todos aquellos que a lo largo de los siglos han militado con las armas de la obediencia, siguiendo la misma Regla de vida como maestra en todo. El hábito monástico nadie puede ir a comprarlo en las tiendas del mundo, es un vestido que se recibe como herencia preciosa, es una celda en que el monje puede recogerse, un claustro de caridad, un invernadero para el crecimiento espiritual.

El noviciado es propiamente el inicio de la vida monástica. Es un año de prueba y de discernimiento fuerte para profundizar en el carisma y en la identidad monástica. Así como cuando acogemos un hijo en el seno de una familia lo vestimos con ropas que le queden un poco grandes, confiados en que pronto va a crecer, así también al novicio se le da el nombre de uno de los santos, de los padres del monacato o de los maestros espirituales cristianos. Seguramente, como a todo principiante, el nombre le queda un poco grande, pero en el corazón de la comunidad late la esperanza que su crecimiento espiritual le hará llegar a ser imitador de Cristo a través del ejemplo y con la ayuda de los santos.

"Probad los espíritus, si son de Dios" RB LVIII

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Monje de votos temporales (Juniores)

 

Durante el año de noviciado, el novicio delibera sobre su vocación y se forma en la doctrina y disciplina monásticas. Una vez terminado, emite sus primeros votos por tres años, es un monje aprendiz y se le asigna un trabajo y algunas responsabilidades. Durante este tiempo puede realizar estudios académicos. Continúa con su formación monástica hacia la profesión solemne bajo el cuidado y acompañamiento del maestro de juniores.

 Profeso Solemne

Los benedictinos hacemos tres votos: estabilidad, obediencia y conversión de costumbres. Por el voto de estabilidad, el monje se une para siempre a la comunidad y en el lugar donde ingresó a la vida monástica. Así, con la confianza puesta en que Dios que lo llamó no lo defrauda, promete perseverar para siempre en el mismo monasterio en el que ha encontrado a Dios, escuchado su Palabra y oído su voz a través de la comunidad. La obediencia es sin duda el voto más perfecto. Por la obediencia el monje llega mucho más lejos de lo que alcanzaría sometido a su propia voluntad. Y por la conversión de vida el monje manifiesta la pedagogía divina que en su misericordia no nos obliga a ser ya perfectos, pero sí nos invita a cambiar algo cada día para ser mejores discípulos de Cristo.

Promotor vocacional: 

Hno. Juan Bautista Vázquez OSB
vocaciones@benedictinoscuernavaca.com

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